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Pedro Guevara
Escritor. Persona afectada por una depresión mayor

«Llevo más de veinte años esforzándome para no dejarme vencer»

Pedro Guevara

Tengo depresión y ansiedad severa, creo que heredadas, y hace más más de veinte años que tomo medicación diariamente para poder pasar mis días, luchando constantemente para mejorar y con la necesidad de terceras personas como soporte.

Creo que soy como un guerrero con malos pensamientos por dentro, que me ataco y me destruyo a mí mismo, y una buena persona por fuera. Y, aún así, tengo la gran satisfacción de que he tenido fuerzas suficientes para formar una familia y llevarla hacia adelante en el papel que me ha correspondido. El amor de mi familia ha sido incondicional.

Es asombroso las cosas que recuerdo desde bien pequeñito, cosas malas muy y muy fuertes, tanto, que hasta estoy llorando mientras lo escribo. Las tengo aquí dentro y me hubiera gustado que desaparecieran, pero fui creciendo con ellas, y, puede que no recuerde lo que comí ayer, pero sí recuerdo lo que se me pasaba por la cabeza y lo que hacía cuando era chiquillo; lo recuerdo como si fuera hoy.

Mi padre, con el mismo trastorno que yo, a los 42 años dejó de trabajar y le dieron la baja por larga enfermedad en Francia, donde vivíamos. Y desde entonces nunca pude entablar una conversación completa con él, siempre estaba en casa, en el sofá o jugando sólo a las cartas. Todo el día.

El trabajo y la familia

Yo he trabajado siempre. Era autónomo y tenía una pequeña empresa de construcción. Tuve una crisis muy grande a los 43 años, pero cuando acudí al médico me aconsejó que no dejara de trabajar, y le hice caso. Trabajaba mareado, con dolor en el pecho, palpitaciones, dolor de cabeza y hasta algunas veces tenía que venir mi mujer a la obra porque me daban vértigos y no podía regresar a casa. Si tenía somnolencia, dormía en el furgón, y después el dolor de lumbago no me dejaba ni caminar. Era muy duro, pero también era muy duro pasar el día en el sofá sufriendo; mal por mal, seguí trabajando, siempre con la ayuda de mi mujer. Creo que, en parte, gracias a eso, a esa fuerza para seguir adelante, a los 66 años todavía sigo luchando por hacer cosas.

Trabajaba mareado, con dolor en el pecho, palpitaciones, dolor de cabeza y vértigos, pero era aún más duro pasar el día en el sofá sufriendo.

En este largo camino, mi familia ha tenido y tiene un papel muy importante. En ella siempre me he sentido querido, y siempre han contado conmigo para todo, incluso en las etapas de crisis en las que no he podido ni tomar decisiones. En esas etapas, que para mi son esenciales, me han ayudado en todo. Siempre digo que mi mujer es el pilar donde nos apoyamos todos, ella me acompaña a los médicos, a comprar, a caminar, en las salidas de fin de semana, pero en realiad creo que, de una forma u otra, en mi casa todos somos pilares los unos de los otros.

Y por el trayecto he ido perdiendo las amistades. Pero cuando estoy en una crisis no quiero estar con nadie, solo con la gente que me ayuda y me comprende. Pero es que cuando estoy en crisis me molestan las cosas que siempre me han gustado, me molesta todo, me molesto yo mismo, hasta mi cuerpo me molesta y para nada quiero cuidar de él.

La satisfacción de escribir

He tenido la suerte de tener siempre alguien a mi lado que me da amor, y eso me ha ayudado muchísimo para no dejarme vencer. Pero también me han ayudado la medicación, los profesionales de la salud, seguir trabajando, escuchar a la familia, pedir ayuda cuando no puedo más, luchar constantemente contra mis malos y horribles pensamientos y escribir.

Tener a alguien siempre a mi lado que me ha dado amor me ha ayudado mucho para no dejarme vencer.

Tengo como amante un libro que he podido publicar y que hace más de 30 años que escribí, titulado Rebelde Casual. En él, a través de una historia de amor para salvar a una niña que se siente diferente a todas las demás, ignorada y abandonada por su actitud, intento explicar cómo puede afectar un trastorno de salud mental en la infancia.

A parte de la gran satisfacción que me produce haber conseguido acabar y publicar el libro, gracias a él me han dado grandes abrazos, besos, sonrisas, agradecimientos… Me ha aportado amor y poder amarlo. Pero lo mejor de todo ha sido que mi hijo, mientras me enseñaba su nuevo piso, señalara la estantería y dijera: «Aquí tengo el mejor libro que he leído nunca y que tengo que volver a leer». Y era el mío.

Este contenido no sustituye la labor de los equipos profesionales de la salud. Si piensas que necesitas ayuda, consulta con tu profesional de referencia.
Publicación: 6 de Octubre de 2023
Última modificación: 30 de Enero de 2024

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También puedes comunicarte con los servicios de emergencia locales de tu zona de residencia.

Pedro Guevara Martínez tiene depresión mayor desde hace más de veinte años, en los cuales las recaídas y recuperaciones han sido una constante en su vida. La familia, el trabajo y la capacidad por seguir adelante han sido tres pilares importantes en este recorrido vital. Pero también la escritura, una manera de desnudarse y de «luchar contra los malos pensamientos». Con gran esfuerzo ha publicado su primera novela, Rebelde Casual, una historia que habla de la salud mental en la infancia y del amor como salvación.