Distintas personas compartirán su experiencia sobre el trastorno del espectro autista (TEA) en las diferentes etapas de la vida de la persona afectada. Nos hablarán de cómo son las necesidades de la persona en función de su momento vital, y también de las de su familia.
Eres persona afectada con un trastorno del espectro autista (TEA), familia, persona cuidadora, si te dedicas al ámbito educativo, de salud mental o si tienes interés en conocer más sobre el día a día de una persona con TEA.
Los trastornos del espectro autista (TEA) son un conjunto de trastornos del neurodesarrollo que afectan a la percepción y al procesamiento de la información, y da lugar a dificultades en dos áreas principalmente: la comunicación e interacción social, y la flexibilidad del pensamiento y de la conducta. Estos trastornos aparecen en 1 de cada 100 nacimientos, afectando 4 veces más a hombres que a mujeres.
No hay dos personas con TEA iguales y su evolución dependerá de su desarrollo personal y de los apoyos que pueda tener, entre otros factores. Generalmente tienen dificultades con las habilidades sociales, emocionales y comunicativas. Puede que repitan comportamientos y conductas determinadas (estereotipadas), o que sean excesivamente rígidos y no quieran cambios en su vida diaria. En muchos casos, tienen también maneras diferentes de aprender, de prestar atención o de reaccionar ante las cosas.
Algunos signos empiezan durante la infancia, siendo evidentes antes de los tres años, aunque es frecuente que se diagnostique más tarde (a veces, en la etapa escolar o incluso en la edad adulta). Pero los TEA acompañan a la persona a lo largo de toda su vida, aunque las manifestaciones del trastorno y las necesidades de la persona cambien en cada etapa del desarrollo y en función de las experiencias adquiridas.
Por ello, son imprescindibles una atención precoz y el acompañamiento psicoeducativo especializado y adaptado a la necesidad de la persona en cada momento vital, los soportes y apoyos necesarios en la educación y formación, la inserción laboral, la preparación para una vida independiente, y su vida social, para que la persona alcance la mayor autonomía posible. Solo así, podrá ejercer su ciudadanía de forma plena, y alcanzar una vida satisfactoria.
Los trastornos del espectro autista también tienen un impacto en la familia, que tiene un papel fundamental como cuidadora, acompañante y apoyo. Las necesidades de la familia, cambiantes al tiempo que las de la persona afectada, también deben ser atendidas.
Distintas personas compartirán su experiencia sobre el trastorno del espectro autista (TEA) en las diferentes etapas de la vida de la persona afectada. Nos hablarán de cómo son las necesidades de la persona en función de su momento vital, y también de las de su familia.
Eres persona afectada con un trastorno del espectro autista (TEA), familia, persona cuidadora, si te dedicas al ámbito educativo, de salud mental o si tienes interés en conocer más sobre el día a día de una persona con TEA.
Los trastornos del espectro autista (TEA) son un conjunto de trastornos del neurodesarrollo que afectan a la percepción y al procesamiento de la información, y da lugar a dificultades en dos áreas principalmente: la comunicación e interacción social, y la flexibilidad del pensamiento y de la conducta. Estos trastornos aparecen en 1 de cada 100 nacimientos, afectando 4 veces más a hombres que a mujeres.
No hay dos personas con TEA iguales y su evolución dependerá de su desarrollo personal y de los apoyos que pueda tener, entre otros factores. Generalmente tienen dificultades con las habilidades sociales, emocionales y comunicativas. Puede que repitan comportamientos y conductas determinadas (estereotipadas), o que sean excesivamente rígidos y no quieran cambios en su vida diaria. En muchos casos, tienen también maneras diferentes de aprender, de prestar atención o de reaccionar ante las cosas.
Algunos signos empiezan durante la infancia, siendo evidentes antes de los tres años, aunque es frecuente que se diagnostique más tarde (a veces, en la etapa escolar o incluso en la edad adulta). Pero los TEA acompañan a la persona a lo largo de toda su vida, aunque las manifestaciones del trastorno y las necesidades de la persona cambien en cada etapa del desarrollo y en función de las experiencias adquiridas.
Por ello, son imprescindibles una atención precoz y el acompañamiento psicoeducativo especializado y adaptado a la necesidad de la persona en cada momento vital, los soportes y apoyos necesarios en la educación y formación, la inserción laboral, la preparación para una vida independiente, y su vida social, para que la persona alcance la mayor autonomía posible. Solo así, podrá ejercer su ciudadanía de forma plena, y alcanzar una vida satisfactoria.
Los trastornos del espectro autista también tienen un impacto en la familia, que tiene un papel fundamental como cuidadora, acompañante y apoyo. Las necesidades de la familia, cambiantes al tiempo que las de la persona afectada, también deben ser atendidas.
Teléfono de la Esperanza 93 414 48 48
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