Un verano con niños y niñas con autismo
El verano es una época esperada por muchos niños, llena de oportunidades para el juego al aire libre, las vacaciones y un descanso de la rutina escolar. Sin embargo, para los niños y niñas con autismo esta estación puede presentar desafíos particulares que pueden afectar su bienestar.
Las familias pueden ayudar a sus hijos a aprovechar al máximo esta época del año, llena de retos, pero también de situaciones enriquecedoras. Para ello, es importante comprender los desafíos únicos a los que se enfrentan y proporcionarles estrategias de apoyo adecuadas. Con la planificación y las adaptaciones correctas, el verano puede convertirse en una oportunidad para el crecimiento, el aprendizaje y el disfrute.
Cambios de rutina
Uno de los mayores desafíos para los niños con autismo durante el verano es la interrupción de su rutina diaria. La estructura y previsibilidad son fundamentales para ellos, y el cambio repentino en su rutina, como la ausencia de la escuela y la variación en las actividades diarias, puede causar ansiedad y comportamientos disruptivos.
¿Cómo podemos ayudarles?
- Planificación anticipada: crear un calendario visual del verano puede ayudar a los niños y niñas a comprender y anticipar los cambios.
- Rutina alternativa: establecer una nueva rutina diaria que incluya actividades predecibles y estructuradas.
- Involucrar al niño o a la niña: permitir que participen en la planificación de las actividades puede proporcionarles un sentido de control y reducir la ansiedad.
Aumento de la estimulación sensorial
El verano trae consigo un aumento en las experiencias sensoriales, como el calor, el brillo del sol, el ruido de los eventos al aire libre y las texturas de la arena o el agua. Para los niños autistas, que a menudo tienen hipersensibilidad sensorial, estos cambios pueden ser abrumadores.
¿Cómo podemos ayudarles?
- Protección sensorial: usar gafas de sol, sombreros, ventiladores portátiles y protector solar puede ayudar a mitigar el impacto de la luz y el calor.
- Espacios tranquilos: identificar y utilizar espacios tranquilos donde el niño pueda retirarse si se siente abrumado.
- Juguetes sensoriales: proporcionar juguetes o herramientas que ayuden al niño a manejar la estimulación sensorial excesiva.
Nuevos espacios de socialización
El verano también ofrece oportunidades únicas para la socialización, como los campamentos de verano y las actividades comunitarias. Sin embargo, estas situaciones pueden ser estresantes para los niños que presentan dificultades en las habilidades sociales o de comunicación.
¿Cómo les podemos ayudar?
- Campamentos especializados: escoger para ellos campamentos diseñados específicamente para niños con autismo donde el personal está capacitado para apoyar sus necesidades.
- Actividades guiadas: optar por actividades con una estructura clara y guías que puedan ayudar a los niños con las interacciones sociales.
- Apoyo social: trabajar con terapeutas o facilitadores de habilidades sociales para preparar al niño o a la niña para situaciones de socialización.
El juego al aire libre, una oportunidad
El juego al aire libre puede promover el desarrollo físico, reducir el estrés y proporcionar una plataforma para la exploración y el aprendizaje.
¿Cómo les podemos ayudar?
- Actividades sensoriales: fomentar actividades como el juego con agua, arena o arcilla, que pueden ser terapéuticas y divertidas.
- Ejercicio físico: promover actividades físicas como caminar, nadar o montar en bicicleta para mejorar la salud física y mental.
- Exploración de la naturaleza: visitar parques, jardines y reservas naturales para proporcionar una variedad de experiencias sensoriales y educativas.
Teléfono de la Esperanza 93 414 48 48
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