El consumo de alcohol durante el embarazo, causa de la aparición del TEAF
El consumo de alcohol antes y durante las primeras semanas de embarazo es algo habitual, ya que la línea que separa estos dos momentos vitales es difusa en la mayoría de los casos, incluso en embarazos planificados. El hecho de que sea habitual, por el desconocimiento de la propia persona del momento en el que comienza la gestación, no quiere decir que no sea perjudicial. Un consumo de alcohol regular en las primeras semanas del embarazo puede acarrear consecuencias negativas en el bebé, como la aparición de trastornos del espectro alcohólico fetal (TEAF).
Existe una falsa creencia de que consumir cantidades pequeñas de alcohol durante el embarazo no afectan al feto, una creencia arraigada en el tiempo y validada socialmente. Sin embargo, no se conoce ningún estudio que demuestre que se puede consumir ni siquiera pequeñas cantidades de alcohol durante el embarazo sin correr ningún riesgo.
El único comportamiento seguro frente al alcohol en el embarazo es la abstinencia. La exposición prenatal al alcohol es una de las principales causas prevenibles de defectos de nacimiento y de anomalías del desarrollo neurológico.
Consumir alcohol durante el embarazo es perjudicial para el feto, además de para la madre ya que el consumo de alcohol ya sea en pequeñas cantidades tomadas de forma regular o puntual o en grandes cantidades, tiene siempre afectación para la salud.
En el embarazo, el consumo de alcohol, puede estar relacionado con:
- Aborto.
- Parto prematuro.
- Bajo peso del bebé al nacer.
- Síndrome de abstinencia al nacer.
- Problemas físicos, mentales y de comportamiento.
- Problemas de aprendizaje con consecuencias durante toda la vida.
- Trastornos del espectro alcohólico fetal (TEAF).
Los trastornos del espectro alcohólico fetal (TEAF) son una serie de afectaciones que una persona puede tener si su madre ha bebido alcohol durante el embarazo. Estas alteraciones pueden ser desde discapacidades físicas y cognitivas, hasta problemas de conducta y aprendizaje.
Entre estas afectaciones la más grave es el síndrome alcohólico fetal (SAF), que puede presentar malformaciones morfológicas, retraso en el crecimiento y alteraciones del sistema nervioso central como alteraciones cognitivas, conductuales, de socialización y de aprendizaje.
Prevalencia del TEAF
En países considerados desarrollados, el TEAF supone la causa adquirida y evitable más frecuente, llegando a afectar a 9-10 recién nacidos por cada 1.000 nacimientos (Departament de Salut, 2020). Y es que en nuestra cultura, el arraigo del alcohol y su uso y abuso habitual suponen el principal problema para bajar la tasa de casos de TEAF, que va en aumento en los últimos años.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) establece que los países del Este de Europa y Rusia tienen una tasa de consumo de alcohol de >12.5 (litros per cápita en población mayor de 15 años), pero en nuestro entorno, no lejos de esa alta prevalencia, está España que se mueve en cifras de 10-12.4 lt.
La prevalencia de TEAF en niños en un país está altamente influenciada por las adopciones internacionales. España es el segundo país del mundo con más adopciones de países de Europa del Este, y Cataluña a su vez es la comunidad autónoma con más adopciones internacionales a nivel absoluto de países como Ucrania y Rusia.
El primer estudio en nuestro país sobre prevalencia del TEAF en niños adoptados procedentes de países de Europa del Este sitúa la tasa en un 50% de los estudiados. (Hospital Clínic, Hospital Sant Joan de Déu y Hospital Universitari Vall d’Hebron, 2019)
Podríamos establecer la relación entre el gran número de niños adoptados en Cataluña y la alta tasa de consumo de alcohol en los países de origen, y la alta prevalencia de TEAF en estos niños, con una prevalencia de este tipo de trastornos que va e irá en aumento en los próximos años.
Definición del TEAF
Las alteraciones del TEAF puedes ser leves o graves, pero incluyen:
- Características faciales anormales: pliegue naso-labial liso, labios finos, ojos pequeños.
- Microcefalia o alteraciones en el desarrollo del cerebro.
- Estatura baja.
- Peso bajo.
- Déficit en la coordinación.
- Conductas de hiperactividad y déficit de atención.
- Alteración en la memoria.
- Dificultades de aprendizaje.
- Déficit de razonamiento.
- Problemas de succión y de sueño en los bebés.
- Problemas de visión y audición.
- Problemas cardiovasculares, renales u óseos.
La OMS atribuye cada año 3,3 millones de muertes en el mundo relacionadas con el consumo de alcohol. Es obvio que los efectos negativos del alcohol son ampliamente conocidos, pero, a su vez, el consumo está altamente aceptado en nuestra sociedad. Así pués, no es de extrañar la ocultación del consumo en embarazadas, la infradeclaración, o incluso el consumo excesivo que haya podido realizar una gestante antes de tener conocimiento del propio estado.
A pesar de los riesgos identificados, se estima que un 40,7% de embarazadas consumen alcohol durante el primer trimestre y un 17,1% lo hacen hasta el momento del parto, según datos del estudio «Exposición a tabaco, alcohol y drogas de abuso en gestantes. Estudio de prevalencia en gestantes de Málaga» (Blasco-Alonso, González-Mesa et al., 2015). Por otro lado, algunos estudios con biomarcadores de exposición en matrices biológicas alternativas como puede ser el pelo o el meconio neonatal, establecen el consumo real en embarazadas en un 40% de casos.
Si estás embarazada o estás planificando estarlo:
- Deja de consumir alcohol tan pronto como puedas.
- Pide a tu familia y amistades que te ayuden, que no te inciten a tomar alcohol aunque sea en pequeñas dosis.
- Si lo intentas y aun así no puedes dejar de beber alcohol pide ayuda a tu matrona de atención primaria o al profesional sanitario encargado del seguimiento de tu embarazo.
Teléfono de la Esperanza 93 414 48 48
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