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Todos conocemos el deporte desde pequeños; ya sea porque se juega desde la escuela en la hora del recreo o bien porque lo comenzamos a ver en la televisión. Al menos sabíamos ya a muy temprana edad que existían los deportes y los deportistas. A mí me empezó a interesar ver y escuchar partidos de fútbol sobre los 11 años de edad y jugaba con algunos amigos.

En Educación Primaria se practicaba baloncesto o alguna que otra actividad, cómo natación, pero realmente no me gustaba mucho la Educación Física ni en Primaria ni en la Educación Secundaria. No me desagradaba, pero tampoco me entusiasmaba especialmente y aún menos que fuera una asignatura obligatoria. Es decir, era una obligación. Y eso no me agradaba.

Al cumplir los 16 años, mi timidez infantil empezó a convertirse en un trastorno obsesivo-compulsivo; no era un diagnóstico clínico, pero sentía muchísima ansiedad, fobia social entre mis iguales y aislamiento, temores y angustia psicológica.

Casi por casualidad un buen día me puse unas zapatillas deportivas y me fui a correr. Y me gustó; disminuía mi ansiedad y me hacía sentir física y psíquicamente muy bien. Ahí comencé a practicar deporte regularmente. Esos primeros 15 minutos se convirtieron en horas y horas corriendo cada semana.

Hace 32 años que practico atletismo, largo fondo, en todas las superficies: asfalto, montaña y pista. Es imposible contar todos los kilómetros que he llegado a recorrer, pero he hecho una docena de maratones, 63 medias maratones, unas 225 carreras de fondo e incluso las 24 horas de Ultrafondo en pista de Can Dragó (Barcelona), en el 2018.

En el momento en que me diagnosticaron un trastorno de salud mental, con un trastorno de ansiedad generalizada, TOC y fobia social, me volqué en la práctica de deporte. Además del atletismo, me lancé a practicar el futbol sala, futbol 7, baloncesto y tenis. Mi particular recorrido con estas disciplinas deportivas es extenso. A los más de treinta años de atletismo, he ido sumando experiencias: 14 temporadas de fútbol sala y futbol 7, 12 años de básquet y básquet 3x3 y 4 temporadas de tenis.

Como podéis ver yo concibo la vida y vivo a través del deporte. Puedo hacer otras cosas y las hago; sin embargo, el deportista prevalece. Es una filosofía, un modo de ser y de estar. Una manera también de compartir, comprometerte con otros, ayudarles y disfrutar todos juntos. Emocionarse, reír y llorar si hace falta.

Encontrar en el deporte una filosofía de vida

Con el futbol sala me inicio en 2008 cuando entro en el Servicio de Rehabilitación Comunitaria (SRC) de la Asociación AREP , donde estuve hasta el año 2013, cuando recibí el alta. Allí, comienzo a jugar en la Liga de SRC's en el equipo de fútbol sala de la AREP, aunque no era mi primer contacto con el fútbol sala. Unos años antes, llegué a entrenar a un equipo de alevines de fútbol sala de una escuela de Mataró. Paralelamente comencé a participar en torneos de Baloncesto 3x3 y Básquet 5, inclusivos con AREP en el año 2011. En 2013 paso a jugar al fútbol sala a nivel de club social con el equipo de la Fundació Marianao hasta el año 2014.

Y desde 2014 hasta hoy juego a fútbol sala en la inclusiva Lliga Esport i Salut con el equipo Los Rayos (Club Social Cap Endavant; vinculado a AREP, mi club, y CPB).

Sin dejar de practicar fútbol sala y carreras de largo fondo atlético, sigo desde 2011 con el básquet, dando un paso más en 2018, pasando al equipo FC Martinenc Altres Capacitats. Con este equipo disputamos la Liga ACELL de personas con limitaciones la temporada 2019-2020, aunque la pandemia forzó su parada en marzo del 2020.

Ese mismo año se celebra una cita importante para mí: me seleccionan para jugar con el equipo de España en el Mundial Dream World Cup de Salud Mental en Roma, un torneo mundial de fútbol sala en el que participan nueve selecciones de tres continentes diferentes. Ese mismo año, y hasta hoy, empiezo a practicar tenis en el Real Club de Polo de Barcelona, a través de clubs sociales.

Yo me siento un deportista. Para mí, el deporte es cultura, valores, salud, vida, cuerpo, mente y espíritu. Así de importante es el deporte para mí. Es integración psicosocial, adrenalina, endorfinas, competición, amistades, aprendizaje, autosuperación y autoestima. Una mirada determinada y bonita de ver la vida; siempre sabiendo ganar y perder.

Independientemente del resultado, si practicas deporte ¡ya has ganado en todo!

El deporte tiene la virtud de sacarnos de la cama, de la depresión, del aislamiento, nos hace integrarnos socialmente, compartir espacios y aficiones. A través del deporte mejora nuestra visión de nosotros mismos, de los demás y de la vida. Nos ayuda a tener relaciones sociales sanas, a hacer amigos, algo que a mí siempre me ha costado mucho trabajo.

El deporte es nuestro maestro y a la vez nosotros somos sus discípulos; que aprendemos a vivir mejor y disfrutamos más.

Este contenido no sustituye la labor de los equipos profesionales de la salud. Si piensas que necesitas ayuda, consulta con tu profesional de referencia.
Publicación: 29 de Junio de 2022
Última modificación: 5 de Enero de 2024