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¿Qué puedo hacer si un amigo o amiga me explica que se quiere suicidar?

Francisco Villar Cabeza
Dr. Francisco Villar Cabeza
Psicólogo Clínico. Coordinador del programa de atención a la conducta suicida del menor
Hospital Sant Joan de Déu Barcelona

Puedes hacer mucho, pero puede que no todo le vaya a gustar a él.

Tienes que saber si tu amigo está en seguimiento, si sus padres son conscientes de su situación y de su malestar, en definitiva, si ya sois muchos los que conformáis la red de ayuda. Si esto es así, ya solo te queda hacer de amigo de alguien que no ve motivos para vivir, es decir, que te va a tocar tomar un poco más la iniciativa en la relación, en ocasiones puede que te tengas que ponerte un poco pesado incluso, para que sea consciente de lo que no es capaz de ver en ese momento: que no está solo, que os importa y que estáis encantados de echarle una mano, que no es una carga para vosotros, que sois conscientes de los esfuerzos que está haciendo, que no se preocupe, que no se deje llevar por la desesperación. Recuerdo la importancia de la vinculación.

Si por el contrario eres el receptor de la primera noticia, la situación es más complicada para ti, porque en ese momento a tu amigo le puede costar ver, o estar de acuerdo con la importancia de crear, de activar, esa red de apoyo, de la importancia de que los padres conozcan su situación y de la importancia de que más personas concurran en su proceso de recuperación. La relación de amistad se basa en hacer lo mejor para el otro, no en guardar secretos envenenados. Desafortunadamente hemos tenido que tratar con chicos que guardaron el secreto de su amigo, y este acabó muriendo por suicidio. La culpa de estos chicos es infinita, sin tenerla en realidad, no es nada fácil enfrentar esa situación. No nos podemos hacer cargo de esta realidad solos, porque tampoco nosotros lo estamos.

Cecilia Borras
Cecilia Borràs
Psicóloga. Presidenta-fundadora
Después del Suicidio – Asociación de Supervivientes (DSAS)

Sabemos que lo más probable es que antes hablen con sus amistades, quizás las de la escuela, y no con los padres o con los profesores. La gente joven debe sentirse confiada a la hora de hablar de estas cuestiones y poder decir a un amigo o amiga que se quiere suicidar si tiene esos pensamientos. Es importante no estigmatizar a esa persona por lo que está manifestando. Debes saber que en las palabras de tu amigo existe un sufrimiento emocional. No se trata de una enfermedad mental, ni de cobardía, ni quiere llamar la atención. Anímale a que busque ayuda y a que lo diga también en su entorno familiar, a aquellas personas que le generen más confianza. Es muy importante escucharle y ofrecer su apoyo para buscar ayuda.

Hay comportamientos que nos pueden mostrar que quizás alguna cosa no va bien: no contesta los WhatsApp, quizás ha cambiado su foto con una que nos transmite tristeza, no te coge las llamadas o bien, cuando estás con él o ella, te comenta que no vale la pena nada, que no se levantaría, no quiere seguir estudiando o trabajando, que no duerme bien.

La primera intención que nos sale siempre es decirle que se anime, intentamos dar recomendaciones, incluyendo que todos estamos más o menos igual y, en un intento de empatía, se comparten los propios problemas para que se dé cuenta que no está solo. Y se suele decir que siempre hay que ver el sentido positivo de las cosas.  Pero todo ello quizás le pueda hacer sentir más peso en su propio malestar y dolor y quizás le haga pensar que es mejor no decir nada más a nadie.

Nadie nos ha enseñado cómo atender el dolor emocional. Todos sabemos cómo actuar ante el dolor físico o una herida, pero con heridas emocionales no sabemos que «tirita» puede ir bien.

Sin invalidar, es decir, subestimar aquello que nos ha dicho, podemos acompañarle en cosas básicas y que sabemos que antes le gustaban, estando a su lado y sin agobiándolo con reflexiones o preguntas. Es importante saber escuchar lo que nos dice, sin juzgar, sin criticar: las heridas emocionales, su dolor, necesitan ser escuchadas.

No nos debemos responsabilizar del malestar de la otra persona, no podemos adivinar, no somos profesionales ni especialistas. Por este motivo es muy importante animarle, desde una convicción plena, a buscar ayuda profesional, siempre ofreciendo y transmitiéndole esperanza.

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Francisco Villar Cabeza
Dr. Francisco Villar Cabeza
Psicólogo Clínico. Coordinador del programa de atención a la conducta suicida del menor
Hospital Sant Joan de Déu Barcelona
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Cecilia Borràs
Psicóloga. Presidenta-fundadora
Después del Suicidio – Asociación de Supervivientes (DSAS)