EvalDepApps, herramienta que evalúa las apps de salud para la gestión de la depresión
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS, 2023), el 5 % de la población mundial tiene una depresión, un problema de salud con gran prevalencia y que tiene un fuerte impacto en la calidad de vida y social de las personas. En 2012, la OMS alertó sobre la grave carga que representa la depresión, ya que se considera la principal causa de discapacidad a nivel global, en términos de la cantidad total de años de vida saludable perdidos a causa de esta afectación (World Federation for Mental Health, 2012). En este contexto, las aplicaciones de salud (apps) son herramientas útiles que pueden contribuir tanto en la prevención y detección precoz como en el tratamiento de estos trastornos. Sin embargo, en la actualidad, la mayoría de las apps de salud mental diseñadas para tratar la depresión no están basadas en una sólida validación científica, lo que puede resultar en la falta de efectividad para las personas que las utilizan.
Así, es de suma importancia que las personas usuarias puedan disponer de datos fiables y en tiempo real para tomar decisiones informadas sobre las aplicaciones más adecuadas a la hora de cuidar su salud mental.
Ante esta necesidad, desde el grupo de investigación eHealth Lab de la Universitat Oberta de Catalunya se ha impulsado el proyecto EvalDepApps, que pretende crear una herramienta de evaluación que permita identificar las apps de salud que ayudan a gestionar mejor la depresión.
Aplicaciones para la depresión: ¿qué funciona realmente?
Las aplicaciones móviles suponen una revolución en el ámbito de la salud, y la salud mental no es una excepción. Hoy en día, se estima que existen aproximadamente 10.000 apps relacionadas con la salud mental, de las cuales, según algunos estudios, 250 están enfocadas al tratamiento o monitorización de la depresión, y su uso está en constante crecimiento. Estas herramientas son rápidas, versátiles y generalmente fáciles de utilizar, lo que significa que pueden contribuir al empoderamiento de las personas atendidas y profesionales en la gestión de la salud, haciendo posible un mapeo y seguimiento de la salud más esmerado e inmediato, diagnósticos más precisos, y tratamientos más personalizados, entre otros.
Además de fomentar el autocuidado de las personas usuarias, las aplicaciones de salud también prestan atención las 24 horas del día, los 7 días de la semana, lo que puede propiciar que las personas atendidas se sientan más inclinadas a compartir sus inquietudes abiertamente a través de una aplicación en lugar de hacerlo en persona o cara a cara. En este sentido, y tras la pandemia de COVID-19, caracterizada por el aislamiento de las personas y un impacto indiscutible en su salud mental, las apps se han visto como un recurso capaz de atenuar la sintomatología y contribuir a una mejor calidad de vida de estas personas.
Sin embargo, y aunque la regulación europea actual exige que las aplicaciones sean consideradas productos sanitarios, la mayoría de éstas no cumplen este requisito y pueden descargarse fácilmente a través de los repositorios habituales de nuestros teléfonos móviles. Esto plantea un reto importante, ya que, aparte de los riesgos a nivel de protección de datos y seguridad, en el ámbito concreto de la salud mental, las apps de salud no validadas pueden implicar un daño adicional si la intervención o atención que brindan no es la apropiada. Todo ello nos lleva a preguntarnos cómo podemos saber qué aplicaciones son realmente efectivas, funcionan bien y si han sido o no validadas científicamente.
Así asimismo, cabe decir que por regla general son aplicaciones dirigidas a la población en general, lo que significa que no tienen en cuenta las particularidades de grupos específicos, y a menudo no están basadas en fundamentos científicos sólidos. Como resultado, encontramos que son apps poco fiables a la hora de prescribir una intervención personalizada orientada a tratar la depresión.
Así, es clave contar con un instrumento de evaluación que permita discernir y determinar cuáles son las mejores aplicaciones para el manejo de la depresión, tanto para el profesional que prescribe la app como para la persona que la utiliza.
El proyecto EvalDepApps busca desarrollar y pilotar una herramienta de evaluación que permita examinar las apps de salud dedicadas al tratamiento, seguimiento y apoyo social de personas con depresión identificando aquellas que son realmente útiles y aportan valor en función de los objetivos que se persiguen en cada caso.
Apps de salud en el mercado: un análisis detallado de los criterios de evaluación
Hoy en día, existen diversas iniciativas globales que han ido surgiendo durante los últimos años y cuyo objetivo es avanzar en el diseño de una metodología de evaluación de apps de salud adecuada. Algunas de estas iniciativas son la Mobile Health evidence reporting and assessment (mERA)(Agarwal et al., 2016), el marco AQuAS-UOC (Bradway et al., 2017), las herramientas Mobile App Rating Scale (MARS) (Stoyanov et al., 2015) y Quality of Expirence in mHealth Applications (QoE) (Martínez-Pérez et al ., 2013).
Asimismo, han ido apareciendo progresivamente otros modelos más acotados, dirigidos a evaluar las aplicaciones que tienen un objetivo específico. En el contexto más cercano, las iniciativas institucionales en la regulación de apps de salud provienen de Cataluña y Andalucía. En Cataluña, la Oficina de Estándares e Interoperabilidad de Tic Salut Social que depende del Departamento de Salud pone a disposición de los usuarios un servicio de certificación de apps de salud (Seguí et al., 2018). En Andalucía, con el objetivo de garantizar la seguridad y la fiabilidad, la Agencia de Calidad Sanitaria de Andalucía diseñó hace unos años el distintivo AppSaludable para aquellas herramientas que cumplen criterios de usabilidad, calidad, seguridad y privacidad (Ferrero, 2013).
Pese al surgimiento de algunas iniciativas, hoy en día no existe regulación oficial ni consenso en torno a las dimensiones e ítems que deben evaluarse para considerar que una app de salud sea suficientemente segura y efectiva. Por el contrario, tal y como se ha mencionado anteriormente, y como destacan los marcos teóricos, es más necesario que nunca contar con herramientas y metodologías estandarizadas que permitan evaluar los distintos aspectos de las apps, sin limitarse únicamente a aspectos parciales, como lo hacen la mayoría de iniciativas vigentes hoy en día.
En este sentido, EvalDepApps pretende llenar este vacío, abordando la totalidad de criterios y dimensiones que deben tenerse en cuenta para identificar las apps de salud óptimas para el manejo de la depresión. La iniciativa ha sido financiada por el Instituto de Salud Carlos III a través del Ministerio de Ciencia e Innovación en el marco de la convocatoria del Fondo de Investigaciones Sanitarias (FIS). Asimismo, está compuesto por expertos y expertas procedentes de diferentes universidades y centros de investigación de referencia internacional: la Universidad Autónoma de Barcelona, el Servicio Canario de Salud, ALTHAIA, IDIAP Jordi Gol, el Hospital Costa del Sol, el Hospital de Denia, el Hospital Germans Trias i Pujol y el Instituto de Asistencia Sanitaria.
Actualmente, el proyecto se encuentra en fase de desarrollo: se ha llevado a cabo una exhaustiva revisión de las aplicaciones de salud disponibles en el mercado apoyadas por evidencia científica, y se ha realizado una minuciosa evaluación de su efectividad a través de un metanálisis teniendo en cuenta los datos de las listas de espera, las intervenciones mínimas y la práctica clínica habitual. Los resultados obtenidos muestran que aquellas intervenciones que utilizan un formato híbrido, es decir, que combinan el uso de apps de salud con la presencialidad, son las que se posicionan como las más efectivas frente a la atención clínica convencional.
Posteriormente, se aplicó la metodología Delphi con el propósito de consensuar los criterios esenciales que debían incorporarse a la herramienta de evaluación. Este proceso involucró a desarrolladores de tecnología, profesionales clínicos y personas usuarias con diagnóstico de depresión. Sin embargo, este método no contemplaba la interacción entre participantes. Por este motivo, el próximo paso del proyecto incluye la realización de talleres de codiseño con estos grupos para crear una primera versión de la herramienta y avanzar en el camino de su validación. El objetivo final de la herramienta es que los profesionales tengan mejores datos para recetar correctamente aplicaciones de salud a personas con depresión, así como que las personas usuarias puedan encontrar las mejores aplicaciones en los repositorios habituales.
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