Las autolesiones en jóvenes
La autolesión hace referencia al hecho de hacerse daño de forma deliberada (por ejemplo, golpeándose o quemándose a propósito). Estas conductas son más habituales de lo que pensamos, sobre todo en jóvenes de entre 12 y 25 años. Algunos estudios demuestran que este tipo de conductas se han incrementado en los últimos años en la población general y que podrían afectar a hasta casi 3 de cada 10 jóvenes.
Es importante tener en cuenta que cuando una persona se autolesiona no pretende acabar con su vida, sino que es un mecanismo para hacer a frente a algún problema o dificultad. Muchas personas que se autolesionan explican que lo hacen porque no se sienten capaces de afrontar una emoción intensa (como la tristeza o la rabia) y utilizan la autolesión para intentar reducir, gestionar o escapar de estos sentimientos.
El hecho de que pueda experimentarse un alivio emocional tras la autolesión puede provocar que se utilice esta misma estrategia para gestionar las emociones difíciles en el futuro. No obstante, este efecto no es duradero y, a medio o largo plazo, es muy probable que aparezcan sentimientos negativos, como la culpa o el miedo. Además, las personas que se autolesionan acostumbran a experimentar más dolor emocional, tener dificultades para relacionarse o peor rendimiento académico. Por tanto, podemos afirmar que la autolesión puede convertirse en un problema muy serio.
Las personas que se autolesionan manifiestan que cuanto más lo hacen, más difícil les resulta parar. Aún así, dejar de autolesionarse es posible. Muchas personas que acostumbran a autolesionarse han encontrado formas más saludables de hacer frente a las situaciones y gestionar las emociones, y han conseguido dejar de hacerlo.
Estrategias para dejar de autolesionarse
Un primer paso para abandonar esta práctica es contárselo a alguien cercano. Las personas que lo hacen pueden experimentar miedo, vergüenza o frustración. Es importante buscar a alguien de confianza. Por otro lado, la persona que recibe esta información también puede sentirse enfadada, molesta o desconcertada. Por eso es importante ser consciente de las emociones en ese momento. La persona que pide ayuda necesita recibir un mensaje de apoyo, sin juicios.
También es importante que no reciba amenazas o acusaciones (por ejemplo, «si me quieres, tienes que dejar de autolesionarte»). Es muy importante que la persona sepa que no está sola.
A veces, las autolesiones se producen en el contexto educativo. Para muchos jóvenes, esta es una conducta que se lleva a cabo en secreto y, por tanto, puede resultarles difícil hablar de ello. Cuando lo hacen, habitualmente es con un compañero o compañera, antes que con un adulto. Esto puede generar malestar y preocupación entre el resto de compañeros de clase, que pueden sentir inseguridad y no saber cómo actuar para ayudar. Por todo ello, es recomendable que los centros educativos cuenten con un protocolo de respuesta en el que se detalle cómo debe actuar cada uno de los profesionales ante un caso de autolesión, tanto a nivel individual como de grupo.
Obtener ayuda profesional puede ser una alternativa. Es recomendable consultar a un profesional cuando las autolesiones son frecuentes (más de cinco veces en el último año), cuando existe un malestar emocional significativo y persistente, cuando el método es potencialmente peligroso (por ejemplo, cortarse) y cuando hay una alta sensibilidad al rechazo social.
También puede ser necesario cuando la persona ha intentado dejar de autolesionarse sin éxito. En estos casos, puede ser de gran ayuda hablar con el profesional de la salud de referencia en el centro de atención primaria o con un profesional de la salud mental, como un psicólogo clínico. Hoy en día existen tratamientos útiles para la autolesión. Normalmente, pueden llevarse a cabo en el entorno ambulatorio, de manera que la persona puede continuar con su rutina diaria.
Si tienes pensamientos suicidas, pide ayuda:
También puedes comunicarte con los servicios de emergencia locales de tu zona de residencia.
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024
Línea de atención a la conducta suicida -
061
Salut Respon -
900 925 555
Teléfono de prevención del suicidio de Barcelona