¿Cómo cuidar la salud mental?
La salud mental es un componente integral y esencial de la salud. La Constitución de la Organización Mundial de la Salud dice: “La salud es un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades”. Una importante consecuencia de esta definición es que considera la salud mental como algo más que la ausencia de trastornos o discapacidades mentales.
Se define la salud mental como un estado de bienestar en el que la persona realiza sus capacidades y es capaz de hacer frente al estrés normal de la vida, de trabajar de forma productiva y de contribuir a su comunidad. En este sentido positivo, la salud mental es el fundamento del bienestar individual y del funcionamiento eficaz de la comunidad.
El bienestar y la salud mental son fundamentales para nuestra capacidad colectiva e individual de pensar, manifestar sentimientos, interactuar con los demás, ganar el sustento y disfrutar de la vida. Sobre esta base se puede considerar que la promoción, la protección y el restablecimiento de la salud mental son preocupaciones vitales de las personas, las comunidades y las sociedades de todo el mundo.
A continuación, proporcionamos una serie de consejos para cuidar la salud mental:
- Mantener relaciones personales saludables: el contacto social se asocia con la oxitocina, un neuropéptido que proporciona sensación de bienestar. Por ello, es importante cuidar las amistades y las relaciones con la familia. Su apoyo es de gran ayuda en trastornos psicológicos y para combatir la ansiedad.
- Evitar el aislamiento: este se relaciona con una baja autoestima y la presencia de síntomas depresivos.
- Cuidar los horarios de sueño: dependiendo de cada persona, es importante dormir entre 7 y 8 horas, aproximadamente, cada día. Además, es conveniente dormir siempre a la misma hora y seguir la misma rutina.
- Cuidar la alimentación: selecciona bien los alimentos que componen la dieta. Evita los alimentos grasos o excesivamente azucarados y, por el contrario, come mucha fruta, verduras y alimentos ricos en fibra.
- Mantener organizadas las rutinas y actividades: aprende a priorizar, ten en cuenta tus capacidades y los recursos (materiales y de tiempo) que tienes para cada tarea.
- Gestionar nuestras emociones: es importante expresar nuestros sentimientos y no angustiarse con cualquier circunstancia que se salga de lo normal. Es positivo abrirse a los demás y no guardar para sí mismo las preocupaciones.
- Tener tiempo de relajación o un hobby: mantener la mente activa y ocupada en una afición nos ayuda a ser consciente de nuestras propias capacidades, a trabajar de forma productiva y a afrontar mejor las tensiones normales del día a día.
- Hacer ejercicio: es muy positivo practicar una actividad física unas 2-3 veces por semana, puesto que nos ayuda a segregar endorfinas y serotonina, hormonas muy relacionadas con la sensación de bienestar.
- Marcar objetivos: fijar metas a corto, medio y largo plazo, contribuye a estructurar y dar sentido a la vida.
- Ser positivo: adoptar una actitud constructiva, positiva, con auto aceptación de la propia persona y lo que le rodea.
- Buscar ayuda profesional: en aquellos casos en que los problemas interfieran de forma importante en el normal funcionamiento personal, social, familiar y/o escolar-laboral.
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