La pandemia dispara los casos de anorexia y bulimia
La pandemia de la COVID-19 es una bomba de relojería sanitaria y social. Su llegada y su larga duración está siendo un factor desencadenante de trastornos mentales en personas vulnerables o un factor agravante de situaciones previas en algunos casos.
En el caso de los trastornos de conducta alimentaria (TCA), como por ejemplo la anorexia nerviosa, la bulimia nerviosa o el trastorno por atracón, aún está por conocer cual está siendo la incidencia, pero se trata de niños, adolescentes y adultos con un alto nivel de riesgo. Por una parte, por su estado físico, que les puede hacer más vulnerables a la enfermedad y, por otra, por las dificultades asociadas al confinamiento: incertidumbre, ansiedad, falta de control, aburrimiento, aislamiento o pérdida de rutinas.
Diferentes profesionales de las Unidades de TCA en España coinciden en relatar el incremento de casos que llegan a estas unidades, muchos de ellos severos, y que no han sido atendidos desde la atención primaria, por la dificultad de acceso a los dispositivos comunitarios durante el confinamiento y por cierto miedo al contagio.
En el encuentro digital “COVID-19 y trastornos de conducta alimentaria”, moderado por el Dr. Eduard Serrano, coordinador de la unidad de TCA del Hospital Sant Joan de Déu Barcelona, hemos podido compartir diferentes experiencias desde el punto de vista profesional y también con la mirada de las personas afectadas y familias.
Han participado en este encuentro digital la Dra. Montserrat Graell, coordinadora de la Unidad de TCA del Hospital Niño Jesús de Madrid; el Dr. Fernando Fernández, coordinador de la Unidad TCA del Hospital de Bellvitge de Barcelona y Sara Bujalance, directora de l‘Associacio contra l’Anorèxia i la Bulímia (ACAB).
La Dra. Graell ha destacado en su intervención cómo ha afectado la COVID-19 a niños y adolescentes, especialmente aquellos vulnerables, así como a sus familias, que están afrontando además situaciones sociales y económicas difíciles que están marcando también el modelo parental. La psiquiatra ha querido remarcar la influencia que han tenido las redes sociales en la población infanto-juvenil con síntomas de anorexia nerviosa, bulimia nerviosa o trastorno por atracón, especialmente con la explosión de contenidos para realizar ejercicio en casa y comida saludable que, si bien ha sido “muy positivo en términos generales”, para estas personas ha sido un factor desencadenante de su situación.
La Dra Graell ha aprovechado también el encuentro para poner sobre la mesa la dificultad que ha tenido la población para acceder a los dispositivos de atención primaria y comunitaria. Una falta de atención que ha empeorado la situación de muchos casos incipientes.
El Dr. Fernando Fernández ha iniciado su intervención reflexionando sobre cómo esta pandemia ha puesto a prueba a todos y cómo se ha tenido que lidiar con situaciones que nadie había previsto. Desde la experiencia vivida en la UTCA del Hospital de Bellvitge, el Dr. Fernández ha explicado que las personas con síntomas de anorexia nerviosa han sido, según su opinión, las que han tenido “más dificultades en adaptarse a la situación de incertidumbre”. En el Hospital de Bellvitge realizaron un estudio piloto las dos primeras semanas de confinamiento. En este estudio, la mayoría de los pacientes con TCA presentaron preocupaciones sobre el aumento de las incertidumbres en sus vidas, como el riesgo de infección por Covid-19 de ellos mismos o de sus allegados, el impacto negativo en su trabajo y su tratamiento. Casi el 38% (12 de 32) informó deficiencias en su sintomatología y el 56,2% (18 de 32) informó síntomas de ansiedad adicionales, de los cuales, cuatro pacientes notaron que el estrés les dificultaba controlar su comportamiento y alimentación emocional.
Esa conciencia de que hay que pedir ayuda es, también para Sara Bujalance, directora de ACAB, una de las cosas que han sucedido durante la pandemia entre las personas adultas con trastorno de conducta alimentaria. Durante los meses de confinamiento, esta asociación triplicó las demandas de información de familias en relación al mismo período del año anterior. Desde el verano hasta ahora, la cifra es doble en relación al 2019. Estos datos dan una idea de la multiplicación de casos y necesidad de información que se está produciendo.
Puedes ver entero el encuentro digital COVID-19 y trastorno de conducta alimentaria en este enlace.
Fotografia: Ariadna Creus y Àngel García | Banc d'Imatges Infermeres
Teléfono de la Esperanza 93 414 48 48
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