Padre de una persona muerta por suicidio
«Cuando dejas de pensar en el porqué y piensas en el ahora qué, empiezas a sobrevivir»
Pol murió por suicidio cuando tenía dieciséis años. «Lo primero que te preguntas es por qué, y esa pregunta, por mucho que quieras contestarla, te das cuenta de que no tiene respuesta», nos explica su padre, Paco Lendinez. Y sigue: «Y cuando te das cuenta que la pregunta correcta es «¿Qué voy a hacer ahora?» o «¿Va a cambiar esto el amor que yo tenía por mi hijo?» es cuando empiezas a hacer los primeros pasos para sobrevivir».
Paco decidió andar este camino para sobrevivir a la muerte por suicidio de su hijo, un proceso que «tiene agujeros muy profundos y muchos altibajos», pero mediante el cual aprendes a vivir de otra manera. «No puedes tener la vida que tenías antes, no existe, porque parte de lo que más querías ya no está, lo llevas dentro, pero todo ha cambiado», nos cuenta. Por eso, según su experiencia, «encontrar esta nueva vida, saber cómo vivir de otra manera, cómo utilizar todo lo que te ha pasado, es la clave para seguir adelante».
Y encontró la manera de cambiar su vida para «honrar» a su hijo, dejando su antiguo trabajo para dedicarse a intentar hacer el planeta un poco mejor, algo que preocupaba mucho a Pol; pero también «estando más presente en lo que hago, poniendo el corazón y amándome a mi para ser capaz de amar a los que están a mi lado», tres cosas que, reflexiona, «durante la vida de mi hijo no hice consistentemente». Ahora siente que «gracias a mi hijo, soy mejor persona».
Mostrar la vulnerabilidad
Entre las causas de la insatisfacción y el malestar de muchos adolescentes, Paco cree que la presión de la perfección, de pensar que la vida siempre tiene que ser alegría, de «esa imagen irreal de Instagram» juega un papel muy importante. Por eso, mirando hacia atrás, reivindica que «debemos enseñar a nuestros hijos que la vulnerabilidad es buena, que en la vida hay alegrías y tristezas, que está bien llorar un día y decir «me ha ido mal en el trabajo».
Pero también hay que hablar de manera abierta y sin tabúes para acabar con el estigma que normalmente rodea a la muerte por suicidio. Para Paco el tabú está ligado al choque que representa para cualquier persona pensar que esto le pude suceder también a ella, pero también a la incomprensión, porque «lo intentamos explicar desde nuestra posición, y eso es imposible. Yo no lo puedo entender, solo sé que mi hijo no quería morir, solo quería parar el sufrimiento en el que estaba». Pero entender esto requiere un proceso largo.
Este testimonio es posible gracias a Después del Suicidio - Asociación de Supervivientes (DSAS).
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También puedes comunicarte con los servicios de emergencia locales de tu zona de residencia.
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024
Línea de atención a la conducta suicida -
061
Salut Respon -
900 925 555
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