Actitudes que ayudan a ser resilientes
Resiliencia (del latín resilire, que significa: volver) es la capacidad de recuperarse de las frustraciones y contratiempos. Las personas resilientes se adaptan al cambio, al estrés o los problemas y son capaces de afrontar algo con perspectiva. El resultado de esta capacidad de recuperarse es un sentimiento de éxito y confianza.
Mi encuentro con esta hermosa y potente idea (ligada mucho con la autoestima, como veremos más adelante), llegó a través de un libro titulado «El hechizo del mundo» escrito por el neuropsiquiatra y etólogo francés Boris Cyrulnik, uno de los autores más destacados en este tema.
El sufrimiento es una realidad que todos y todas hemos experimentado alguna vez, que parece estar siempre presente en la vida. Es la primera de las cuatro nobles verdades enseñadas por Buda: sufrimiento, causa de este padecimiento, el cese del sufrimiento y el camino que nos lleva.
El hecho es que todos y todas, en algún momento, hemos sido heridos; lo que cambia es el cómo reaccionamos ante el hecho de ser heridos. Algunos se hunden y otros simplemente siguen con su vida. ¿Qué hacemos cuando algo que nos ha ocurrido nos desgarra y devasta totalmente? ¿Nos pasamos la vida llorando, gimiendo? ¿Hacemos reivindicaciones, vamos a buscar venganza? ¿Hacemos una carrera como víctimas?
O, por el contrario, ¿vamos a buscar reconstruirnos? ¿Por qué en situaciones de fracaso algunas personas se reconstruyen? ¿Por qué en situaciones privilegiadas, algunos pasan toda su vida sufriendo? Estos son algunos de los interrogantes que surgen y que nos hacen buscar una explicación. Y la encontramos en la resiliencia del individuo.
«Después de quemarse mi casa, pude ver la luna, más clara y limpia», filosofía Zen.
Según Cyrulnik existen tres fuerzas que nos permiten resistir y reconstruirnos, tres factores de la resiliencia:
- La adquisición de recursos internos (en la memoria y en el aprendizaje afectivo). Durante los primeros meses de vida, en los primeros años, si he sido querido, el hecho de que mi madre me quisiera me da confianza. Cuando recibo una vez, sufro, pero mantengo la esperanza de reconstruirme. No es que piense que no significa nada. El golpe me hace sufrir, pero mantengo la esperanza ... Buscaré a mi alrededor las personas que me ayudarán a reconstruirme.
- La significación que se le da al hecho. Algunos no están traumatizados por un hecho, porque para ellos no significa nada. Es un accidente de la vida, nada grave, por lo tanto, siguen adelante. Pero otras personas quedarán heridas por este mismo hecho, porque para ellas significa demasiadas cosas y les hiere.
- La disposición de recursos externos en torno a la persona herida. El apoyo afectivo sensato. Yo - como niño o niña herida - no tengo ninguna oportunidad de retomar mi vida adulta si no hay a mi alrededor alguien que me quiera ... Una familia, una pareja, amistades, etc. Y no tengo ninguna oportunidad de retomar mi vida si no le doy sentido a la violencia insensata.
«Nunca sabes cómo de fuerte eres hasta que ser fuerte es la única opción", Bob Marley
Llegados a este punto, veremos la importancia de la relación entre la resiliencia y nuestra autoestima. Si tenemos una autoestima fuerte, ordenada, nos podremos sobreponerse mejor a las dificultades que se nos presenten. Entonces la resiliencia aparecerá con más capacidad de superación y al revés, si tenemos actitudes resilientes, seguro que nuestra autoestima se fortalecerá y la percepción que tendremos de nosotros como personas mejorará.
Así que ¿Cómo ser resilientes?
Sembrando estas actitudes, cuidándolas, podemos conseguirlo:
- No asustarnos por los cambios, pensamos que son necesarios.
- Entender que las crisis, que tendremos seguro, no son insuperables.
- Ser decididos, tomar decisiones sin miedo; el fracaso por nuestras acciones no debe detenerse.
- Recordar experiencias propias vividas que nos han hecho superar dificultades.
Nosotros, nuestras decisiones, nuestro optimismo a la hora de afrontarlas, será determinante para seguir creciendo y que los obstáculos no nos detengan.
Teléfono de la Esperanza 93 414 48 48
Si sufres de soledad o pasas por un momento dífícil, llámanos.