Educar a los niños y niñas en el bienestar emocional
Resumen
Acompañar a los más pequeños en su bienestar es clave para su propio equilibrio emocional en la época adulta. Identificar, verbalizar y gestionar los distintos sentimientos que experimentan requiere de un acompañamiento en la que la familia tiene un papel fundamental.
El bienestar emocional es un concepto amplio, que tiene que ver con la experiencia subjetiva de sentirse bien, en armonía y con tranquilidad.
Educar a los niños y niñas en este campo no es tarea fácil y en este sentido tenemos que trabajar de la mano familias y comunidades educativas. Como ya dijo Aristóteles «Educar la mente sin educar el corazón no es educar, en absoluto».
La clave está en conseguir niños y niñas emocionalmente inteligentes.
Propuestas que ayudan al bienestar emocional
- Realizar alguna práctica deportiva con regularidad. El ejercicio físico aporta grandes beneficios y ofrece la posibilidad de adquirir valores, habilidades y capacidades personales que mejoran la competencia social y al mismo tiempo favorecen el bienestar emocional.
- Compartir buenos momentos en familia como excursiones, paseos, cine, comidas, lectura, juegos. Establecer vínculos positivos con los niños y niñas ayuda a crear lazos afectivos. Sentirse bien en su entorno más cercano favorece el bienestar personal.
- Fortalecer la empatía. Este rasgo/ habilidad es un elemento fundamental para la resolución de conflictos, la comprensión y la vinculación con los demás. La empatía es un elemento esencial en la creación de vínculos positivos.
- Dar muestras de cariño: besos, abrazos, gestos de aprobación, de apoyo. Sentir el cariño de los otros refuerza el bienestar emocional.
- Hablar de sentimientos. Ayudar a los niños y niñas a poner palabras a aquello que les está pasando. Enseñarles a entender sus emociones y a gestionarlas.
- Establecer límites. Los limites dan seguridad y ayudan, aceptar un «no» y comprenderlo es signo de consciencia emocional.
- Generar confianza. Crear ambientes cómodos, cercanos y generar confianza a los niños y niñas facilita la verbalización de sentimientos, favorece la explicación de problemas, de preocupaciones o de dudas.
- Enseñarles a ser positivos. Es importante saber buscar alternativas, no caer en el pesimismo y tener recursos.
- Adquirir la capacidad de ser resilientes para recuperarse ante situaciones adversas o traumáticas como una enfermedad o la muerte de un ser querido.
- Preparar a los niños y niñas para el camino de la vida. Autonomía, autoconocimiento, confianza son características que facilitan la autonomía emocional.
Consejos básicos para acompañar a los niños y niñas
- Ayudarles a identificar las propias emociones. Para ello podemos ayudar a los niños y niñas haciéndoles preguntas: «¿Cómo te sientes?» «¿Por qué te sientes así?». De esta manera expresan lo que sienten y reconocen esas emociones. No debemos minimizar sus preocupaciones. Aunque sus inquietudes nos parezcan banales. Debemos reforzar los mensajes que les ayuden a procesar esos sentimientos. Por ejemplo, con expresiones como «ya veo que estás triste, enfadado, rabioso ¿Cómo puedo ayudarte?».
- Ayudarles a verbalizar esos sentimientos, de alegría, tristeza, rabia…. Los niños pueden expresar sus emociones por varios canales: el dibujo, la música, la escritura, el baile son formas diversas de manifestar como se sienten. Todo ello ayuda a la comprensión de la situación y mejora la conciencia emocional.
- Ayudarles a gestionar las emociones. Poder explicar cómo se sienten, conectar con ellos mismos es imprescindible para saber identificar la causa de esta emoción. Todas las emociones son legítimas y debemos aceptarlas. Hay que trabajar, así mismo, los actos que puedan derivan de dichas emociones. Por ejemplo: «Podemos entender que estés enfadado, pero no puedes pegar a un amigo/a porque te ha cogido un juguete».
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