Estereotipos sobre las personas mayores
El edadismo hacia las personas mayores es una forma de discriminación que se basa en creencias simplistas y sesgadas sobre el envejecimiento que nada tienen que ver con la realidad. Esta actitud está muy relacionada con la manera como entendemos la vejez, cómo establecemos relaciones intergeneracionales y cómo perpetuamos estereotipos sobre estas personas.
Las tres formas más habituales de edadismo hacia las personas mayores son:
- La infantilización: cuando adoptamos una posición de poder frente a una persona mayor a la hora de interactuar con ella, de responderle o de tratarla.
- La despersonalización: cuando no tenemos en cuenta la singularidad de cada persona, sus necesidades y preferencias, y las tratamos a todas como un colectivo y de manera homogénea.
- La deshumanización: cuando se pierde la empatía en el trato con la persona, no respetamos su privacidad, su autonomía, su participación en la toma de decisiones.
En la perpetuación de los estereotipos sobre las personas mayores juegan un papel muy importante los medios de comunicación y la publicidad, que acostumbran a resaltar solo las enfermedades o la parte más patológica del envejecimiento y que impone unos cánones estéticos que ensalzan la juventud y rechazan los síntomas de la vejez (arrugas, canas, manchas en la piel…).
El edadismo hacia las personas mayores es una forma de discriminación que se basa en prejuicios sobre el envejecimiento que nada tienes que ver con la realidad y que contribuyen al rechazo a envejecer.
Pero en realidad todos contribuimos de alguna manera a esta discriminación, con actitudes y comportamientos «no intencionados», que parten de ideas preconcebidas y equivocadas sobre el proceso de envejecimiento. Empecemos, pues, por romper estos mitos o falsas creencias que existen sobre la vejez. Quizás de este modo, no sólo iremos acabando poco a poco con la discriminación por edad, sino que también perderemos el miedo a envejecer.
Algunos de los estereotipos o ideas preconcebidas sobre la vejez son:
1. Las personas mayores son frágiles, dependientes o enfermas.
FALSO. Es un estereotipo creer que las personas mayores no tienen salud, que necesitan cuidados o que son dependientes. No todo el mundo tiene un envejecimiento patológico, sino que un porcentaje considerable de personas envejecen con una buena salud.
2. Las personas mayores son una carga para el sistema económico y sanitario.
FALSO. Afirmar esto es ocultar el rol que tienen en las familias y en la sociedad en general, pues asociamos simplemente el dejar de trabajar con ser o no productivos en la sociedad. Debemos tener en cuenta, además, que las personas tenemos distintas necesidades según las etapas vitales, y que las personas mayores ya contribuyeron y siguen contribuyendo en la economía.
3. Las personas mayores no se adaptan a los cambios.
FALSO. A todos nos cuesta adaptarnos a los cambios y salir de nuestra zona de confort, pues requiere un esfuerzo y dejar de hacer las cosas tal como las tenemos automatizadas. Pero esto no depende de la edad, sino de la manera de ser de cada persona. Se envejece tal como se ha vivido, así que el carácter se mantiene a lo largo de la vida.
4. Las personas mayores pierden interés por el sexo.
FALSO. La salud puede afectar la sexualidad de las personas, pero no la edad. Las personas mayores mantienen relaciones sexoafectivas como cualquier persona. Además, el sexo no solo está relacionado con el acto sexual, sino que hay muchas otras maneras de disfrutar de él.
5. Las personas mayores son aburridas.
FALSO. Divertirse no depende de la edad. Las personas mayores tienen ganas de divertirse y disfrutar de la vida, y cada vez tienen más opciones para hacerlo. Evidentemente, esta actividad dependerá de la salud física y mental de cada persona. Además, para el imaginario del edadismo, una persona mayor aburrida es la que está en casa, sin realizar actividades. Pero también nos tenemos que plantear: ¿Qué es aburrirse? ¿Estar aburrido es malo?
6. Las personas mayores son gruñonas y difíciles de tratar.
FALSO. A menudo se tiene la falsa creencia que las personas mayores son cascarrabias, están de mal humor y siempre se están quejando. Este estereotipo, alimentado por muchos personajes de películas y cuentos, simplifica situaciones tan complejas como la exclusión social, la soledad no deseada o los problemas de salud, entre otras. La actitud que presenta una persona ante la vida no está relacionada con la edad, sino que está relacionada con la personalidad y la circunstancia que vive.
Cuando infantilizamos a una persona mayor adoptamos una posición de poder frente a ella, pensando que no es capaz de tomar sus propias decisiones.
7. Las personas mayores son como niños
FALSO: El problema es que en esta mirada infantilizada existe un trasfondo de poder hacia la persona mayor, a la que vemos menos capaz de tomar sus decisiones. Se trata de una expresión, además, que se utiliza para hablar de todas aquellas conductas que pueden ser molestas de la infancia trasladadas a las personas mayores.
8. Las personas mayores pierden capacidad intelectual.
FALSO. Las funciones intelectuales no disminuyen con la edad, pero algunas facultades se enlentecen, como la memoria, la capacidad de concentración o la agilidad mental. Aunque cambie el ritmo, no cambia la capacidad de aprendizaje.
9. Las personas mayores están más deprimidas y tristes
FALSO. En la sociedad hay una idea falsa de que las personas mayores tienen pocas ganas de vivir y están tristes, pero no es cierto. Las personas mayores siguen teniendo ganas de vivir y de gozar de la vida.
10. Las personas mayores están solas.
FALSO. La soledad no deseada es un sentimiento subjetivo que puede afectar en todas las etapas de la vida. De hecho, se ha convertido en una problemática social que cada vez afecta más a las personas jóvenes, vinculada al desarrollo urbano, el incremento del individualismo y a uso de las nuevas tecnologías.
11. Las personas mayores son sabias.
FALSO: Que las personas mayores son sabias es un ejemplo de un estereotipo positivo, en el que volvemos a homogeneizar a una parte de la población por su edad. De hecho, no existe una relación directa entre la sabiduría y ser mayor, pero sí entre ser mayor y tener experiencia.
12. Las personas mayores son tozudas e inflexibles.
FALSO. A veces, lo que pasa es que cuando el entorno es muy paternalista y, pese a querer lo mejor para la persona, puede ir en contra de aquello que es importante para ella. Mantenerse firme y tomar decisiones no es fácil, pero se hace a lo largo de la vida. Por otro lado, aceptar que necesitamos ayuda o que aquella decisión no es realmente la mejor para nosotros, tampoco es fácil.
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