¿Cuál es el tratamiento más eficaz para una persona que se quiere suicidar?
El suicidio no es una enfermedad, de modo que no hay un tratamiento específico para la persona que se quiera suicidar. Existen muchas líneas de tratamiento que se han demostrado eficaces para la prevención del suicidio, especialmente las que asumen que las crisis suicidas necesitan un seguimiento a medio largo plazo.
La intervención The World Health Organization Brief Intervention and Contact Program (WHO BIC) ha sido reconocida en un metanálisis como la intervención con mejores resultados para la reducción del suicidio, por encima del litio y de la terapia cognitivo conductual. Esta intervención consiste en una visita al recibir el alta y un seguimiento programado de nueve contactos distribuidos en 18 meses (telefónicos o presenciales, distribuidos de forma semanal y mensual (1, 2, 4, 7 y 11 semanas, y 4, 6, 12 y 18 meses).
Otras muchas terapias han demostrado beneficios en el abordaje de la conducta suicida: la terapia Dialectico Conductual (DBT), la terapia cognitivo conductual (CBT), la terapia basada en la transferencia (TFP) Multisystemic Family Therapy (MST); Family-Based Crisis Intervention (FBCI); Attachment-Based Family Therapy (ABFT). Algunos tratamientos farmacológicos como el litio o la clozapina, también han demostrado su eficacia en la prevención del suicidio.
En la realidad del suicidio, especialmente en la infancia y la adolescencia, es importante ajustar el tratamiento a los condicionantes que han llevado a la persona a tomar esta decisión. Pero de forma general, todo tratamiento que vaya orientado a incrementar las habilidades de afrontamiento de la vida son las que más impacto tienen en la infancia y la adolescencia en la reducción del suicidio.