Estas situaciones difíciles suelen tener momentos de desesperanza. Todos nos hemos sentido así en un acompañamiento a una persona con dificultades. Una situación difícil nunca es lo suficientemente corta, o lo corta que desearíamos. Hay algunas situaciones que efectivamente no mejoran, como los procesos de final de la vida, las enfermedades degenerativas en estadios avanzados u otras similares. Pero este sentimiento se puede dar también en situaciones en las que sí se espera una mejora, pero parece que no llega. Las prisas y los términos autofijados no ayudan, solo incrementan la frustración, pero si la situación no es de las citadas anteriormente, sin duda habrá mejora. Y eso también lo debería saber la persona a quien acompañamos.