¿Cómo afrontar la Navidad si tienes un trastorno de la conducta alimentaria?
La Navidad puede ser un periodo difícil para las personas que presentan un trastorno de la conducta alimentaria (TCA), como la anorexia nerviosa, la bulimia nerviosa o el trastorno por atracón. Es un tiempo del año donde la comida y el encuentro social adquieren un papel central en muchos hogares. Emociones negativas como la ansiedad, la soledad y la culpa pueden aflorar en muchas personas afectadas por un TCA durante el periodo navideño.
Las dificultades se centran principalmente en el cambio de rutinas en lo que refiere a las comidas y las interacciones sociales.
En las personas que padecen un TCA puede verse aumentada de forma significativa la ansiedad debido al incremento de tiempo dedicado, en familia o en un entorno social, a hablar y planificar el menú navideño, la compra de los productos y el almacenamiento de los mismos.
La persona que padece un TCA suele anticipar la ansiedad por el tipo de comidas que habrá (más copiosas), la cantidad (aumento de las raciones) y el tiempo alrededor de la mesa junto a la comida (sobremesa). A esto debemos sumarle el componente social de la Navidad, que supone compartir mesa con personas que, a veces, no son habituales en otras épocas del año.
La persona que sufre un TCA tiene una relación inadecuada con la comida. Ésta puede estar basada en la restricción de la ingesta, como es el caso de la anorexia nerviosa, o en el descontrol alimentario o atracones, como ocurre en la bulimia nerviosa o el trastorno por atracones. En ambos casos, la Navidad implica un aumento de la ansiedad por la presión personal y social para realizar las ingestas de forma adecuada (sin restricción alimentaria) y no incurrir en atracones (ingerir una cantidad excesiva de comida con la sensación de pérdida de control) en un periodo de tiempo en que la comida está tan presente. Otro problema que debemos tener presente son las posibles conductas compensatorias durante estas fechas y que suelen presentarse como vómitos autoinducidos, uso de diuréticos y/o laxantes, restricción-ayuno o realizar ejercicio físico excesivo.
Debido a que las Navidades pueden ser uno de los periodos del año más complicados para las personas con TCA y para sus familiares, les ofrecemos unas recomendaciones para disminuir la ansiedad:
Antes de las comidas
- Aislar a la persona con TCA de todos los preparativos que tienen que ver con la comida (participar en la elección del menú, compra de productos y cocinado). Esto ayudará a no anticipar y no prolongar innecesariamente la ansiedad en relación a la comida.
- Para prevenir episodios de atracones es importante consensuar donde se guardarán los alimentos para que no estén accesibles. También puede ser útil tener un plan de apoyo con la familia o amistades en caso que la persona con TCA detecte riesgo de atracón.
- Preparar un plan de apoyo con la familia podría permitirle a la persona que padece un TCA sentirse más preparado para evitar el descontrol alimentario. Conviene recordar que la restricción alimentaria aumenta el riesgo de atracón.
- Establecer un marco de confianza y seguridad con la persona que padece un TCA durante estas fechas. Se puede pactar previamente que no tendrá que repetir el plato y que las cantidades serán normales aunque el resto de la gente suela comer más cantidad que un día normal.
- Debido a que comer con personas fuera del núcleo familiar suele ser difícil, puede ser útil para ganar seguridad explicar a la persona afectada con quién compartiremos cada una de las fechas festivas.
- También puede ser una buena opción el ofrecer información sobre los trastornos alimentarios a las personas invitadas, siempre previo consentimiento de la persona afectada, para ayudarles a entender los sentimientos y posibles comportamientos de la persona afectada durante estas fechas.
Durante las comidas
- Para disminuir la ansiedad que puede ocasionar el ver toda la mesa llena de comida, se recomienda que sea otra persona, por ejemplo los progenitores, quién sirva la ración a la persona que padece un TCA. De esta manera, garantizamos que las raciones sean las adecuadas.
- Las distracciones durante las comidas pueden ser de gran ayuda. Por ejemplo, elegir temas de conversación diferentes a la comida o tener música de fondo.
- Puede ser útil pactar un tiempo mínimo de sobremesa con el objetivo de disminuir la ansiedad de pasar un largo periodo de tiempo sentado en una mesa repleta de comida.
- Si las personas que acuden a la comida o cena navideña tienen información sobre el trastorno, se puede pactar evitar preguntas o comentarios poco convenientes como las relacionadas a las cantidades de comida, insistir en repetir o emitir juicios sobre el aspecto físico.
- Se puede acordar establecer una señal con una persona de confianza para avisarla si necesita ayuda durante la comida para retirarse y recibir apoyo emocional. O para cambiar el foco de conversación si ésta se centra en temas difíciles relacionados con la comida, el peso o la imagen corporal.
Después de las comidas
- Es importante centrarse en todos aquellos aspectos relacionados con la Navidad que disfrutamos y no tienen relación con la comida o el ejercicio, como películas, juegos o la decoración de la casa.
- Puede ser de utilidad utilizar técnicas de distracción para disminuir la ansiedad, como relajaciones, yoga, meditación, o escuchar música.
- Puede ser conveniente pactar con la persona afectada no ir sola al baño si existe riesgo de conductas compensatorias.
- Si las cosas no han ido como esperábamos, es importante tratar de disminuir la preocupación y la culpa que pueden sentir las personas que padecen un TCA por el impacto emocional negativo que tiene el trastorno en la familia y amistades, especialmente en Navidad.
Es importante que la familia y el entorno más cercano entiendan las características del trastorno alimentario para fomentar la empatía y comprender la dificultad que implica el periodo navideño en la persona que sufre un TCA. Cualquier duda de actuación respecto a cada caso concreto debe consultarse con el profesional sanitario de referencia para un consejo personalizado. El apoyo y la comunicación de la familia con la persona afectada es vital para favorecer el proceso de cambio y la recuperación de la enfermedad.
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