Decálogo para comprender y promover la salud mental del adolescente
Durante la adolescencia, el cerebro sufre una reorganización estructural que lo dota de nuevos circuitos y conexiones, que posteriormente darán soporte a todo el proceso de pensamiento analítico propio del adulto. Los circuitos cerebrales se moldean con las experiencias de vida, educación, la estimulación y el apoyo ambiental recibidos. Gracias a este sistema complejo, le permite explorar el medio que le rodea al tiempo que lo enriquece. En definitiva, todo lo que estimula a nuestro cerebro también lo alimenta.
Procurar mantener un buen estado nutricional a través de una alimentación sana, variada y equilibrada, llevar un estilo de vida saludable cuidando nuestra salud física y mental, practicar deporte físico regular, y mantener una buena calidad y cantidad de sueño resulta de fundamental importancia para que los procesos cognitivos y conductuales se desarrollen con normalidad.
La adolescencia es una época extraordinaria, un momento de integración de los cambios cerebrales que junto con los factores ambientales lo prepararán para la vida adulta. Establecer un clima familiar y educativo de confianza, empático, participativo, asertivo, dispuesto a negociar, que acoja todas estas vivencias y que le hagan de espejo, le permitirán adquirir las habilidades necesarias para desenvolverse en la vida adulta.
Decálogo para comprender y promover la salud mental del adolescente
- Comprender que el cerebro está cambiando: durante la adolescencia los circuitos cerebrales se reestructuran. Se forman nuevas conexiones y otras desaparecen.
- Modelar familia y entorno: los circuitos cerebrales se moldean con las experiencias de vida, la educación, la estimulación y el apoyo ambiental recibidos.
- Asumir el reto: aprovechar que es una época única, de múltiples cambios donde se generará la oportunidad de aprender las habilidades necesarias para afrontar la vida adulta.
- Promover una vida sana: mantener un buen estado nutricional, estilo de vida saludable, practicar deporte físico regular, y una buena calidad y cantidad de sueño resulta fundamental para el adecuado desarrollo normal de los procesos cognitivos y conductuales.
- Gestionar las TIC: predicar con el ejemplo. No prohibir, pero sí limitar. Formarles y ayudarles a adquirir las competencias sociales adecuadas.
- Comunicar con calidad: la comunicación cambia, tener un estilo basado en la escucha activa, la disponibilidad, la flexibilidad, la empatía y aceptación y, por último, la asertividad y autorregulación serán claves en el desarrollo socioemocional del adolescente.
- Negociar: una gestión de conflictos basada en la resolución positiva será lo más beneficioso para la promoción de la salud mental y el establecimiento de unas relaciones entre padres e hijos más saludables.
- Pedir ayuda: la aparición de síntomas con intensidad y duración considerable, la disminución del rendimiento, un cambio marcado en la conducta, serán indicadores de solicitar consulta a un especialista.
- Acompañar: en los aciertos y en los errores. En la gestión de las dificultades y del trastorno cuando aparece.
- Haced red: padres, madres, centros académicos y especialistas, comunicarnos, caminar juntos en el diálogo para facilitar al adolescente con problemas de salud mental - o sin él - el tránsito a la vida adulta.
Este es un artículo original de la Escola de Salut del Hospital Sant Joan de Déu Barcelona. Para más información sobre la comunicación familiar, consultad el 12º Informe FAROS «Una mirada a la salud mental de los adolescentes - Claves para comprenderlos y acompañarlos».
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